lunes, 11 de junio de 2012

Te imaginas las escalas??: dejando la mía inspiración volar


El mundo que percibimos tan solo con lo que dios nos entrego, nuestros ojos, oídos, paladar, nariz, manos nos limita nuestra percepción. Vemos el sol, pero lo vemos del tamaño de una canica, vemos las estrellas, pero nos parecen un punto, vemos las montañas a lo lejos, pero no es hasta que estamos escalándola cuando realmente comprendemos la dimensión que tienen. Cuando nos cuesta un esfuerzo descomunal y un tiempo infinito caminar largas distancias, es cuando nos damos cuenta de lo lejos que están las cosas. De este modo nuestros sentidos nos limitan en todos los aspectos, no podemos escuchar sonidos muy agudos ni muy graves, tenemos una leve perspectiva de la intensidad del sonido. Uno muy abrupto nos parecería un simple grito, con aparatos de alta tecnología podemos traducir este tipo de sonidos a uno que podamos escuchar. Así pasa con los sabores, nos reducimos a distinguir entre amargo, ácido, dulce, saldo, entre otros. Hace falta un paladar muy desarrollado para poder distinguir más de los cotidianos. Más nunca llegara a conocerlos todos. El tacto por su parte también lo tenemos muy poco desarrollado y una vez más nos impide captar por ejemplo vibraciones de muy baja frecuencia.  El olfato comparado con el de otros animales, como un sabueso, seria comparado a la vista de una lombriz con la de un halcón.
Así nuestros sentidos se encuentran en su totalidad muy poco desarrollados. De ahí que tengamos por naturaleza humana un déficit de percepción.
Hago referencia a tan abrumadoras afirmaciones, por que así como nuestros sentidos tienen un déficit de percepción, también nuestro cerebro esta lleno de carencias de percepción. Por más avanzado que sea nuestro nivel intelectual un ser humano jamás podrá percibir cantidades muy altas. Cuando hablamos de 100 toneladas, uno intenta visualizar una montaña quizá, o una roca muy grande, pero jamás acertara ciertamente a la dimensión exacta de tal volumen de masa, o peso. Ello no esta ligado necesariamente a un problema de imaginación, no significa que tengamos una escaeces de imaginación. Sino a un incapacidad orgánica neuronal. Esto es que el cerebro humano no ha evolucionado lo suficiente, o al menos en ese aspecto, por que no es una necesidad mera de la humanidad. La supervivencia de la especie no depende del percibir o no la distancia de la tierra a un punto en el cielo.
Esta incapacidad neurológica se vuelve a su vez en una incapacidad de comprensión y científica. La gente, los libros, la ciencia puede hablar de cantidades extravagantes, 1000 años luz, .0005 nanómetros, billones de estrellas o litros en el mar. Pero ni siquiera ellos pueden comprender, visualizar totalmente de que están hablando. Porque nadie ha viajado 1000 años luz ni nadie a visto los litros en el mar.
Una capacidad que quizá algún día solo la tendrán computadoras racionales muy avanzadas. Por su velocidad de procesamiento quizá ellas a diferencia de nosotros podrán contar hasta un billón sin desconcentrarse  y visualizar cada dígito.
Nosotros por nuestra parte, estamos limitados a lo que nuestros sentidos combinados con lo que nuestra comprensión e imaginación puedan captar, de ahí que nos cueste nada el comprender un metro o 20 metros  por que nosotros mismos estamos muy cercanos a medir esa escala. No podemos ver el mundo ni comprender las unidades de medida como lo haría una hormiga.
Partiendo de esto, si la imaginación es tomada como un sinónimo de visualización, difiero de algunas afirmaciones como las que dicen que la imaginación es ilimitada. Pues la imaginación como proceso neuronal  tiene que estar forzosamente ligada a la comprensión humana.

Mi tema el tamaño de las cosas, habla de medidas, dimensiones, tamaños que resultan para cualquier tipo de personas, invisualizables. Pero haremos nuestro mejor esfuerzo por comprenderlo. Y tenemos que estar consientes de una cosa: las medidas con las que tratamos SON EXCÉNTRICAS así como sus propiedades.

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